LOS MOLINOS EN FUERTEVENTURA (I). EL MOLINO

La molienda de grano ha sido una actividad constante en la economía tradicional de la isla. La colonización de las islas supuso la introducción de la agricultura y la tecnología adecuada para su explotación. También nuevos cereales fueron también introducidos, como por ejemplo el maíz (millo en Canarias), procedente del Nuevo Mundo.

El modelo de molino de viento, fue introducido en la isla de Fuerteventura en el siglo XVIII por los colonizadores. Rápidamente alcanzaron gran difusión, sobre todo en el centro norte de la isla. Esta ubicación es debido en relación a los factores climáticos de la zona, donde la constante presencia de los vientos alisios, garantizaban una constante fuente de energía.

La implantación de los molinos propició cambios de carácter socioeconómico en la zona al desarrollarse una economía basada en los cereales, construyéndose así numerosos molinos a lo largo del territorio antes mencionado. Estos eran construidos en lugares abiertos donde la presencia del viento era constante, configurando uno de los rasgos más característicos del paisaje rural de la isla de Fuerteventura.

Pese a que el molino proporcionó grandes ventajas en la molienda del grano, no fue sustituto de los sistemas tradicionales de molienda. Tanto el molino de mano, como la tahona siguieron usándose, sobre todo a un nivel más doméstico o durante la ausencia de viento.

La tipología del molino de viento tradicional, el cual en la isla se denominó molino macho, es una construcción en mampostería, realizado en piedra, barro y cal. Cuenta con planta circular y forma troncocónica. Está rematado por una especie de caperuza o capacete de madera, el cual gira por medio del timón o rabo, pieza que permite orientar las aspas en sentido del viento.

En el alzado dispone de dos o tres pisos. El piso inferior es el destinado para el almacenaje de los útiles y las herramientas utilizados por el molinero. El segundo piso también llamado “cuarto de en medio”, es donde se recoge el grano. Por último, el tercer piso es el que aloja la maquinaria. En los molinos de dos pisos, el grano era almacenado en la planta inferior. La base de los molinos, se remataba con un muro de piedra seca que rodeaba la construcción.

Estos molinos generalmente contaban con cuatro aspas, pero existían también ejemplos con seis. La estructura de las aspas se componía de un bastidor de madera sobre el que se colocaba una tela.

Para el correcto funcionamiento de esta tipología de molino, lo que se necesita es precisamente el viento. A partir de la acción de este se pone en marcha una maquinaria compuesta por diferentes elementos que permiten el molido del grano para la obtención de harina o gofio.

La maquinaria estaba construida principalmente de madera, aunque algunas de sus piezas estaban realizadas en hierro. Esto configura un complejo engranaje, cuya función era la de multiplicar la fuerza del giro de las aspas y transmitirla a la piedra móvil para que se produjera la molienda.

Cuando las aspas eran movidas por la fuerza del viento, hacían girar una rueda dentada que, a su vez, movía un carrete llamado husillo. Esta pieza enlaza con la piedra molinera móvil a través de un eje de metal incrustado en una pieza rectangular de hierro, que se llama lavija, la cual se adhiere a la cara interna de la muela. El eje transmite el movimiento a la muela superior, haciéndola girar sobre la inferior, produciéndose así la trituración del grano.

Como seguridad, este mecanismo podía ser parado con el empleo de un freno, el cual ejercía presión sobre la rueda dentada

El proceso de molienda, se realizaba vertiendo el grano en la tolva, de donde pasaban a la canaleja, que lo conducía hasta las muelas, que lo iban triturando y desplazando hasta las paredes de la denominada balsa. El producto resultante, la harina o gofio, caía por un tubo al piso central, donde se recogía y almacenaba en sacas.

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